Distintas miradas y actitudes, distintos riesgos. Ellas y ellos frente a los consumos de drogas
Este estudio ha sido realizado para el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, de la FAD. Recoge los discursos de jóvenes y de padres y madres en torno al consumo de sustancias en chicos y chicas, y los analiza e interpreta desde perspectiva de género.
Aquí la nota de prensa que describe alguna de las conclusiones alcanzadas en el estudio, y que fue presentado el pasado jueves 30 de mayo en la sede de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas: https://www.adolescenciayjuventud.org/sala-de-prensa/noticias/ampliar.php/Id_contenido/127035/
«realizada a través de diferentes grupos de discusión de jóvenes, analiza cómo se relacionan con las drogas los y las jóvenes españolas de 15 a 24 años en función del género: cómo los estereotipos influyen en los consumos de drogas; cómo les afecta la presión de grupo a ellos y a ellas; cómo afecta a su imagen excederse en el consumo; lo que temen de las drogas unos y otras; etc. También se analiza cómo afrontan los padres y madres de adolescentes la prevención y gestión de los problemas derivados de los consumos de drogas en función del género de sus hijos e hijas.»
¿Qué discursos operan acerca del consumo en las chicas?
Nos hemos encargado específicamente del capítulo «Hablando de género y usos de drogas», en el cual recogemos algunas de las nociones ya publicadas en otros artículos, pero centrándonos en su relación con lo hallado en este estudio.
¿Qué discursos operan acerca del consumo en las chicas? Esta investigación cualitativa vuelve a poner de relieve la sanción que reciben las chicas en el consumo por parte del entorno social inmediato, y que está totalmente internalizada por ellas mismas (la asumen como normal y la reproducen a su vez sobre ellas y sobre otras mujeres). Esto, sumado a otros factores como la educación en la prudencia, explicaría dinámicas detectadas por las encuentas como el ESTUDES, en las que se observa un consumo parejo en sustancias legalizadas como el alcohol a edades muy tempranas (todos y todas, chicos y chicas, hacen lo mismo), pero luego la prevalencia en chicas del consumo y de prácticas de riesgo van disminuyendo…
¿Y en los chicos?
Aparte de poner la necesaria atención en esta sanción extra a las chicas por el hecho de serlo (el sistema de género es el encargado de que esto suceda) ante el mismo comportamiento que los chicos, es imprescindible poner la atención también en otro sitio: ¿qué mensajes estamos dando a los chicos? ¿qué discursos operan entre ellos hacia ellos mismos? ¿Los reproducen padres y madres? (atención, spoiler: sí). Mientras sigamos construyendo la identidad masculina en torno a nociones como la asunción de riesgos, poner al límite el cuerpo (en tanto que eso ‘les hace más hombres’), o que son más fuertes que las mujeres per-se, seguiremos fomentando el consumo en los chicos como una actividad masculina.
Al presentar el estudio en las redes sociales, como twitter, algunas personas inmediatamente «han saltado» a comentar y rebatir, sin leerse la investigación, ante afirmaciones como que las mujeres son percibidas como más débiles, que no saben consumir y que necesitan protección. Ese es precisamente el problema, que no se entiende que ese modelo de feminidad se construye en base a un modelo opuesto de masculinidad, que por ello conduce a los chicos adolescentes y jóvenes a instalarse en el consumo como una forma de hacerse y ser hombres…
De entender este tipo de dinámicas en la reproducción del sistema de género vendrá que podamos diseñar mejores intervenciones en prevención, que tengan en cuenta e incorporen el factor de género…
Autoría: Elena Rodríguez San Julián, Ignacio Megías Quirós (integrantes de Sociológica Tres ) y Patricia Martínez Redondo
Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, FAD. Madrid. 2019
